1-5. Piensa en verde (II)

HIPOTÁLAMO Y PÉPTIDOS

Todo viaje, y más uno mental, debe ser interpretado con vistas a aprender, reflexionar y expandir un poco nuestros conocimientos. Mientras creamos que todo esto nada más que son farsas o cuentos de brujas y lo tomemos a broma, el viaje no habrá servido de nada. Y esto, ñus, es ciencia.

Somos personas afectivas, personas que sienten, que necesitan pasar por determinadas fases para sentirse completos. Así pues, alguien con gula necesitará saciar su deseo comiendo más y más, una ninfómana haciendo el amor hasta en un funeral (espero que no con el muerto) o un hipocondríaco sintiendo que esta malo y tomando la medicación. Cada uno de ellos, saciando esos supuestos deseos “naturales” se sentirán plenos y liberarán la sensación de ansiedad que tenían al no tomarse un trozo de tarta, gemir o medicarse.

Esto tan solo son respuestas a impulsos producidos por un mal pensamiento y se pueden evitar. Y os estaréis preguntando, ¿Y esto para que sirve? Muy posiblemente, este sea uno de los artículos más importantes pues puede determinar desde hoy vuestra vida.

El Hipotálamo es una glándula que se encuentra en el cerebro y cuya función, o al menos una de ellas es crear péptidos o módulos proteicos.

Los péptidos provocan desarrollos emocionales que rigen nuestra conducta. Hay péptidos de odio, amor, vergüenza, tristeza, gula, lujuria, etcétera. Así pues, cada vez que pensamos o sentimos algo, el hipotálamo crea los péptidos de dichas sensaciones, estos viajan por el torrente sanguíneo y llegan a las células, las cuales tienen receptores que acogen a los péptidos modificando su estructura celular. Entonces si estamos pasando por una situación de vergüenza, el hipotálamo libera los péptidos para sentirnos avergonzados, estos llegan a las células y estas los acogen. Todo regido por nuestros pensamientos.

Las células empezarán a coger, en mayor grado, una cantidad alta de los péptidos a los que están acostumbradas, modificando su estructura y haciendo que las células hijas posean estas características, por ejemplo, ponerse rojo como un tomate cuando salimos a hablar en público. La célula se volverá una adicta a estos péptidos y por lo tanto a esas sensaciones y por lo tanto, en este ejemplo, a ser una persona vergonzosa.

No se si lo vais pillando, pero veámoslo con un claro ejemplo actual, el tabaco. ¿Un fumador es adicto a la nicotina o la sensación y la costumbre de fumar para liberar ansiedades? Un fumador, ni más ni menos es adicto a unos péptidos que por una razón u otra, su cerebro ha querido atribuirles la sensación de descanso y relajación que se siente al fumarse un cigarro. O un hipocondríaco. O una persona que no se atreve a entrarle a esa chica por vergüenza…

Podemos decir, que en reglas generales nos hemos vuelto adictos a pensamientos y a sus péptidos. De ahí que cueste tanto desprenderse de las cosas a las que estamos muy acostumbrados y un claro ejemplo es el amor (que a fin de cuentas es algo químico). Pero poco a poco podemos desengacharnos de pensamientos que no nos aportan nada. Otro ejemplo es una persona con mala leche y autoritaria, esta generará más y más péptidos que obviamenten no harán de su vida un camino de rosas y lo peor, es que creerá que así es como debe vivir.

Todo, todo, todo esta en vuestro cerebro. El cerebro descifra la realidad según la vemos nosotros (y esto es otro artículo). Si desde hoy empezamos a reducir los péptidos que no nos aportan nada positivo a nuestra vida, tristeza voluntaria, ansiedad, vergüenza, odio, venganza, empezaremos a construir futuras células mejores para nuestro organismo, que no necesitarán de un aporte peptídico de este tipo y nuestra visión de la realidad será diferente. Donde antes había problema que generaban sensaciones de mal estar, desde hoy podemos empezar a ver problemas con soluciones, sin esas sensaciones.

¿Y cómo se evita producir esos péptidos qué no nos aportan nada? Pues como un drogadicto de desengancha, poco a poco. Cuando tengamos que salir a dar una conferencia en medio de la clase y sintamos que nos estamos empezando a poner rojos, a temblar y a liberar péptidos que están provocando esta situación y estos pensamientos y que tan solo harán que en un futuro mis células quieran más y más péptidos de este tipo haciendome ser una persona vergonzosa, entonces en ese momento deberemos intentar frenar la salida de estos, con nuevos péptidos, con péptidos positivos. ¿Te van a comer tus compañeros? No. Relájate.

Poco a poco podéis crearos vuestras propias sensaciones y emociones y que sean todas buenas y de forma voluntaria. Y con esto no quiero decir que la tristeza, ansiedad o demás vaya a desaparecer. No. Estas sensaciones también son necesarias para el cuerpo, al igual que el miedo que nos previene y nos advierte. Pero también es verdad que muchas veces nos provocamos nosotros mismos estos pensamientos sin venir a cuento y que no aportan nada bueno.

Cuando me enteré de esto, me pareció bastante curioso, la verdad. Espero que a vosotros también.

Hasta la vista, ñumetres.

PD: Now hush little baby, don’t you cry, everything’s gonna be alright. (Tremenda canción)

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